ACUPUNTURA Y MOXIBUSTION
La Acupuntura y la Moxibustión son componentes importantes de la Medicina Tradicional China, y uno de los aportes de nuestra nación a la humanidad. Durante milenios de práctica en consultas, se acumularon ricas experiencias, de modo que la Acupuntura y la Moxibustión cuentan actualmente con métodos terapéuticos y teorías relativamente completas. Se trata de diversos sistemas de estimulación de los canales (meridianos) y colaterales y de los puntos acupunturales. Actualmente, la Acupuntura y la Moxibustión se han difundido en muchos países del mundo.
Es la parte de la medicina tradicional china y japonesa que consiste en la introducción de agujas muy finas en determinados puntos del cuerpo humano para aliviar dolores, anestesiar determinadas zonas y equilibrar ciertas alteraciones.
- Los métodos que habitualmente se emplean bajo el término «acupuntura» son múltiples y podemos encontrarlos descritos como:
- Acupuntura: empleo de agujas metálicas sobre puntos especiales de la piel.
- Metodo de puntos gatillo: infiltración muy superficial de puntos reactivos de la piel.
- Electroacupuntura: aplicación de corrientes eléctricas especiales sobre agujas de acupuntura.
- Auriculoterapia: estimulación de puntos reflejo del pabellón auricular.
- PENS: electroestimulación sobre agujas percutáneas, no insertadas en puntos de acupuntura.
- Moxibustión: calentamiento de los puntos de acupuntura por medio de la hierba artemisa china.
No somos ni practicamos ninguna actividad sanitaria.
Se trata de un procedimiento de raíces milenarias, que deriva de la medicina tradicional china. Cronológicamente, la medicina tradicional china (MTC) sigue el discurrir de la evolución del ser humano. El carácter chino más antiguo para describir la técnica de la acupuntura es «bambú sobre afilado», 竹子, lo cual indica que la técnica es anterior al desarrollo del Neolítico. Coincidiendo con la etapa de la piedra pulida, aparece el carácter «Pien Tchenn» o punzón de piedra, 者別針, precursor de las agujas de metal, y que fue empleado pasada la frontera del primer centenario tras el nacimiento de Cristo. Sus principios teóricos están expuestos en un texto clásico, el Neijing-Suwen-Lingshu (también conocido como Canon del Emperador Amarillo), de fecha anterior a nuestra era (muy probablemente del siglo IV al III a.C., y considerado el libro de medicina más antiguo de la humanidad. A partir del desarrollo de los metales aparecen las primeras agujas de metal, 針刺 (1). Por lo tanto, la acupuntura tradicional china recibe el nombre en chino de 针灸Zhēnjiŭ (que significa aguja de metal y fuego), y engloba no solo la técnica de inserción de agujas metálicas, sino que hace referencia a la llamada moxibustión, o calentamiento de los puntos acupunturales, la cual generalmente se lleva a efecto con la planta denominada Artemisia sinensis(una planta similar al ajenjo), que, tras ser desecada y triturada, se emplea a modo de cigarros, a los que se prende fuego. A Europa llegan los primeros conocimientos de la acupuntura a través de la Ruta de la Seda, y muchos de sus procedimientos impregnan a la medicina árabe y medieval. En el siglo XVII, los jesuitas franceses y suizos (el padre Hervieu, y Du Halde, entre otros) publican los primeros textos en lengua occidental referentes a la acupuntura. En el siglo XIX, cirujanos como Cloquet manejan agujas metálicas en la piel, aunque con escaso conocimiento, cayendo en desuso. La primera visita de Nixon a China incita a médicos occidentales a ir a ese país para conocer la aplicación de la técnica. Hoy en día la OMS promueve el desarrollo de la acupuntura, tanto a nivel práctico, como de investigación.
Los fundamentos de la acupuntura tradicional están basados en una paleomedicina, que se ha mantenido a lo largo de siglos, por la constancia de sus efectos. Las teorías de la medicina china son anteriores a la existencia del método científico y, por lo tanto, sus métodos proceden de la observación y son empíricos. Según estas teorías, el elemento principal de nuestra actividad física es el llamado Qi (energía), un elemento no visible, próximo a nuestro sentido occidental e hipocrático de «fuerza vital».