Reiki es una técnica considerada como terapia integrativa, en la que el terapeuta federado extiende sus manos bajo partes del cuerpo del paciente para canalizar la energía vital universal. El objetivo es restablecer el equilibrio físico, regularizar tus funciones vitales y equilibrar el campo mental y emocional.
Las enfermedades o disfunciones físicas, mentales y emocionales son energías que fluyen de manera equivocada, detenidas o bloqueadas. Varios factores como el estrés, el sedentarismo, la mala alimentación, el insomnio, la respiración inadecuada, la ansiedad, el duelo, el apego, la ira y la baja autoestima son capaces de interferir con el flujo de energía y, por lo tanto, pueden causar trastornos físicos o psicológicos.
Por tanto, Reiki sirve para desbloquear esta energía, regulando el flujo y, en consecuencia, rescatando el equilibrio que se necesita para la salud y el bienestar. Con la aplicación de la energía universal en el cuerpo, el cuerpo vuelve a funcionar armónicamente, con las glándulas activadas, el sistema nervioso revitalizado y el sistema inmunológico fortalecido.
Entre los problemas que el Reiki ayuda a tratar se encuentran:
Estrés; Ansiedad; Depresión; Baja autoestima; Sindrome del PANICO; Dolor; Fatiga; Náuseas; Insomnio.
Normalmente, la sesión de Reiki se puede realizar con la persona tumbada o sentada. La terapeuta acercará sus manos o tocará un punto clave del cuerpo conectado a los siete chakras principales, transmitiendo energía, para restablecer el flujo energético de estos puntos.
La sesión dura aproximadamente 1 hora y, durante este período, la terapeuta pasa las manos por puntos vitales del cuerpo del paciente. La terapia puede realizarse acompañada de música relajante o en silencio.
Es un método reconocido por la Organización Mundial de la Salud y extendido por todo el mundo, utilizado en Hospitales de Estados Unidos, Japón, Brasil, Alemania… en España, en Madrid y Barcelona (unidades oncológicas).